Jimmy Butler está entrando en esa etapa donde es peligroso ofrecerle un contrato de larga duración. A los 34 años, el alero sigue codeándose en exceso con las lesiones. Especialmente durante la temporada regular. Pero, a un año de tener que decidir sobre si toma su opción de jugador, ya lleva meses discutiendo su extensión con los Heat. O al menos aireando sus ganas de firmar. A Butler le resta un año a razón de 48 millones de dólares y una posible prórroga de un curso más a razón de 52. Él siempre ha dejado claro que su intención prioritaria es seguir en el sur de Florida y así se lo han hecho saber sus fuentes cercanas a Shams Charania.
El problema está, claro, en que los Heat no las tienen todas consigo. Butler es el líder absoluto del equipo, pero en las oficinas tienen las mismas dudas relacionadas con su edad y su irregular estado físico. Probablemente, lo que deseen en Miami es que acepte una rebaja notable en su salario, pero ya existen varios equipos que han filtrado su interés en ponerle una montonera de dinero sobre la mesa. Especialmente los Philadelphia Sixers, el último equipo en el que militó antes de llegar a los Heat y quienes están buscando un alero de calibre All-NBA por lo civil o lo criminal.
Para ellos la mejor opción, por edad y por la posibilidad de que sea agente libre este verano, es Paul George (que sigue sin avanzar en sus negociaciones con los Clippers). Sin embargo, Butler se encuentra en ese segundo escalón de prioridades aunque para hacerse con él sería necesario un traspaso para el que no queda claro si Philly tendría suficiente botín para ofrecer.
(Fotografía de portada de Patrick Smith/Getty Images)