Los Warriors sobreviven al infierno de Houston

Buddy Hield y Stephen Curry no dejaron a los Warriors caer en el Game 7. Golden State se medirá a Minnesota en segunda ronda.

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Por Aitor Darias

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No hubo milagro. Los Rockets, que bastante hicieron con forzar este Game 7, no fueron capaces de rematar la proeza y culminar una remontada con no demasiados precedentes en la historia. Solo 13 equipos han logrado ganar una serie en la que perdían 3-1, y los texanos, tras caer por 89-103, no han podido ser el 14º.

Se aseguró de ellos Golden State con una actuación dominante, mandando prácticamente de principio a fin y demostrando la seguridad y temple de quien ya se ha visto en estas. Ante unos Rockets que fueron más fe que cabeza, se impuso la madurez de unos Warriors que supieron no precipitarse y a quienes no les pesó el momento. Lo que pesó fue la experiencia, esa que a unos les sobra y que otros están adquiriendo en esta serie. Esa que tendrán que hacer valer ya en 2026.

Control total

Los de Kerr parecían ser conscientes de que el choque se les podía ir en cuanto subiera de revoluciones. Si Houston entraba en su juego de robar y correr todo se les pondría muy cuesta arriba, de modo que hicieron especial hincapié en el cuidado de balón para asegurarse de que nunca se entraba en un contexto desfavorable para ellos. Fue una noche de asumir pocos riesgos y en la que era mejor dejar correr los segundos de posesión que precipitarse.

Y, tras quedarse en solo 7 pérdidas (mejor dato de la serie) y controlar el ritmo en casi todo momento, puede decirse que lo hicieron con éxito.

Una ‘Buddy movie’

Más de un Game 7 en la historia se ha decantado hacia un lado o hacia otro debido a un factor completamente inesperado. Con los dos equipos conociéndose ya de memoria tras verse las caras seis veces en menos de dos semanas, puede ser un arma pasada por alto la que más daño haga a una defensa que creía saber lo que esperar. Y en este encuentro, ese mísil no detectado por los radares de Houston fue Buddy Hield.

El bahameño pasó de actor secundario a protagonista de la noche y se alzó como el héroe que nadie contaba en una primera parte escandalosa. Houston, como de costumbre, centró sus esfuerzos defensivos en anular a Stephen Curry, algo que a lo largo de la serie ha hecho a riesgo de dejar a sus compañeros lanzar con espacios, una ventaja que no aprovecharon hombres como Podziemski (1/7), Moody (0/3) o Green (2/8).

Pero sí Hield. Y de qué manera.

Con 22 puntos en la primera mitad, Buddy fue el gran responsable de que Golden State tomara las riendas del choque y empezara a abrir una brecha que los texanos ya nunca recuperaron. Estos parecieron tomarse sus primeros triples como un mero accidente, los siguientes como una buena racha que ya pasaría, y para cuando quisieron reaccionar el alero estaba ya con sus 6 aciertos desde el perímetro y ellos 14 abajo.

Fue el único cabo suelto de su primera parte, pero, al menos en este caso, un único cabo dio para un buen enredo.

Influyeron en ello los enormes problemas de los Rockets para anotar, fruto del gran trabajo defensivo de unos Warriors que fueron alternando entre zona e individual y que brillaron en esta materia. Green cerró por completo a Sengun sin necesitar ayudas, limitando la capacidad de generación del turco, y Kerr acudió incluso a Looney, que jugó más que en las últimas noches, para seguir complicando al pívot y cerrar el rebote. Lo cual generó un atasco en los locales que permitió abrir diferencias.

Magia contra ímpetu

El partido empezó a parecerse más a la eliminatoria que todos recordábamos en el tercer cuarto, en el que los Rockets se pegaron por fin a Hield, consiguieron generar dudas en el ataque de los Warriors y empezaron a sentirse cómodos. Y en ese contexto, empezó a surgir Amen Thompson. Sus cortes a canasta y su agresividad en transición fueron oxígeno para Houston, que empezó por fin a anotar con cierta frecuencia y a sentirse con vida en el partido.

Con un parcial de 14-4, la diferencia cayó hasta los cinco puntos. El Toyota Center empezaba a soñar.

Pero no por mucho tiempo.

Ni se ha mencionado el nombre de Stephen Curry hasta ahora, y es porque su presencia en el partido estaba siendo increíblemente discreta. Era su movimiento y su gravedad lo que generaba espacios para el resto, pero a medida que sus compañeros empezaban a fallar empezaba a ser más notable su falta de impacto con balón. Y él mismo pareció darse cuenta de que o intervenía pronto o sería demasiado tarde.

Steph, que solo había anotado un tiro en toda la primera parte, empezó a buscar diferentes formas de impactar en el partido. Penetraciones a canasta y cortes sin balón le dieron algunos puntos cerca del aro, su agresividad atacando los dos contra uno en lugar de soltar el balón a las primeras de cambio creó muchas dudas en los Rockets, y en cuanto sus triples empezaron a entrar volvieron los flashbacks de Vietnam a la ciudad de Houston. Iba a hacerlo otra vez.

Sus triples entraban como una daga en el corazón de los locales, y en cuanto Hield volvió a unirse a la fiesta su explosión anotadora fue demasiado para un rival en el que cada canasta se sentía como un milagro. Sengun estaba totalmente frenado por un imperial Draymond Green, Amen Thompson perdió peso a medida que empezó a sufrir unos calambres en la pierna y Jalen Green nunca pareció llegar al partido.

Tras una gran serie, hasta aquí llegaron estos jóvenes Rockets, que dijeron hoy su última palabra de la temporada. Pero a los que oiremos decir mucho más en los próximos años.

Jugadores destacados

Estos fueron los hombres que guiaron a los Warriors a la victoria.

Buddy Hield

Normalmente, es fácil olvidarse de que es el uno de los mejores tiradores de la historia de la liga. Desde hoy, los Rockets siempre lo recordarán. El bahameño se convirtió en el segundo jugador en la historia en anotar 9 triples en playoffs con 11 o menos intentos, y con 33 puntos firmó el que seguramente sea el partido de su vida.

Stephen Curry

Los Warriors no echaron al base demasiado en falta en la primera mitad gracias al gran día de Hield, pero cuando la cosa se atascó tras el descanso, ahí estuvo. Anotó 19 tantos en la segunda parte, e incluso ayudó en el rebote haciéndose con 10 capturas.

Draymond Green

Forzó una actuación muy poco eficiente de Sengun (9/23) y llevó a la defensa de los Warriors al siguiente nivel con sus continuas ayudas y buenas lecturas. Por si fuera poco, estuvo agresivo en ataque, sumando 16 puntos y 5 asistencias en otra noche que pone en valor su papel capital en este equipo.

Estadísticas del partido

Estas son las estadísticas de los dos equipos.

Houston Rockets

JugadorMINPTSTCASTREBTAPROB+/-
Dillon Brooks35:3283/91101-6
Amen Thompson37:10249/163911-11
Alperen Sengun39:56219/2351411-12
Jalen Green29:4683/81410-6
Fred VanVleet43:52176/133702-5
Steven Adams25:4431/40700-9
Jabari Smith Jr.12:0831/50400-9
Tari Eason15:5252/61520-12

Golden State Warriors

JugadorMINPTSTCASTREBTAPROB+/-
Buddy Hield36:583312/153321+17
Jimmy Butler44:40207/137801+10
Draymond Green39:56167/155621+18
Brandin Podziemski39:4294/122310+5
Stephen Curry45:30228/1671022+16
Jonathan Kuminga7:2200/40101-4
Kevon Looney11:0731/204100
Moses Moody10:5100/50300+6
Quinten Post3:2900/00000+2

(Fotografía de portada: Troy Taormina-Imagn Images)

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