El presente de Detroit está repleto de incertidumbres, pero al menos ha puesto la primera piedra de un nuevo camino. Tras varias campañas desastrosas –especialmente una 2023-24 en la que ha firmado el peor récord de su historia– el propietario, Tom Gores, decidido hace algunas fechas hacer borrón y cuenta nueva para acabar dando el mando de la organización a Trajan Langdon, nuevo presidente de operaciones de baloncesto. En su presentación, el ahora jefe de los de Michigan dio pistas sobre el modo de proceder que tendrá el equipo a partir de ya.
Para empezar, y consciente de que pueden llegar a tener más de 60 millones de dólares de espacio salarial para moverse en el mercado, cree que usar tal margen para absorber contratos que otros equipos no quieran puede ayudarles a sumar activos a la causa.
«Una cosa que estamos buscando con el espacio salarial que tenemos es traer contratos de otros equipos y también reunir activos. Con suerte, algunos jugadores que lleguen podrán impulsar el crecimiento de los más jóvenes. Si podemos entrelazar esas dos cosas, nuestro verano será un éxito», explica.
Lo que no piensa hacer Langdon en caso alguno es marcarse plazos. Sabe que una organización histórica como los Pistons tiene ciertas necesidades, pero no por ello cree que obligarse a conseguir ciertas cosas en un determinado periodo de tiempo les vaya a ayudar. Así, por ahora no quiere ni hablar de la opción de ser uno de los mejores equipos de la Conferencia Este (y de la NBA). «No creo que haya un plazo para llegar a los playoffs», sentencia.
¿Y el nuevo entrenador?
Otro de los temas recurrentes en la discusión sobre el futuro de Detroit es quién será su nuevo entrenador. Langdon decidió despedir a Monty Williams hace unos días pese a que le quedaban cinco años y 65 millones de dólares de contrato. Para reemplazarle han sonado J.B. Bickerstaff y otros como James Borrego o Sean Sweeney. Langdon repite estrategia: «No puedo darte un cronograma», concluye.
(Fotografía de Chris Graythen/BIG3 via Getty Images)