Los Golden State Warriors no han podido esquivar la incertidumbre que dejó Stephen Curry anoche. El base tuvo que abandonar el partido dolorido de su pierna izquierda. Las pruebas han revelado una distensión en el músculo del peroneo, lo cual parece descartar problemas mayores. Aun así, la franquicia no ha dado fecha estimado de regreso y Curry tendrá que ser revaluado el próximo viernes para salir de dudas.
Steve Kerr describió la lesión como «moderada», de lo que la prensa especializada dedujo se refería a un tramo de semanas menor al mes. Obviamente, la ausencia de Curry es la más delicada que pueden afrontar los Warriors, que el año pasado perdieron seis de los ocho partidos que se perdió. El anterior fueron 12 de 26.
El equipo de la Bahía ha comenzado la campaña 2-1, perdiendo tan solo ayer ante Los Angeles Clippers. Las sensaciones son más bien positivas después de la remodelación que ha sufrido la plantilla. Pero todo esto queda en agua de borrajas sin su faro.
(Fotografía de portada de Kavin Mistry/Getty Images)