Julius Randle se sincera: «Egoísta, decepcionante, un paria…»

Acabada la temporada 2023-24 de la NBA todos hablan del enorme trabajo que han hecho los New York Knicks. Los chicos de Tom Thibodeau terminaron en la segunda posición de la Conferencia Este con 50-32 y posteriormente llegaron hasta las semifinales del Este en playoffs. Fue un recorrido repleto de emociones, uno en el que los golpes se sucedieron sin descanso a base de lesiones. Sí, la épica les acompañó en todo momento, pero también el dolor por los caídos, quienes en algunos casos tuvieron que soportar una presión que está muy por encima de la que se vive sobre el parqué.

El primero en decir adiós en esta película neoyorquina fue Julius Randle. Fue exactamente el 28 de enero cuando una mala caída provocó la lesión del ala-pívot en el hombro derecho. Nada más producirse el incidente sus gestos de dolor fueron reveladores. La preocupación en la franquicia estaba más que fundada, y es que pese a pasarse más de dos meses en rehabilitación, era a principios del mes de abril cuando los Knicks anunciaban que Randle se perdía el resto de la temporada al tener que pasar por el quirófano.

No hablábamos de una baja cualquiera. Para Thibs era esencial en su esquema y ahora le tocaba paliar de algún modo los 24 puntos, 9,2 rebotes y 5 asistencias que promediaba el ’30’ nacido en Dallas. Lo consiguió. Sus Knicks siguieron compitiendo con garra y convencimiento. Sin embargo, por el camino había quedado un rastro de enorme decepción en Randle, quien ahora se sincera sobre esos meses en los que trabajó sin descanso y sin saber en momento alguno si realmente estaba haciendo lo correcto.

«Estoy en rehabilitación durante dos meses y medio, sabiendo que mi hombro no está bien. Así que se trata de una situación en la que no sabes qué hacer. ¿Juego sabiendo que después podría perderme seis o siente meses tras el final de temporada? Algo que me llevaría posiblemente a no jugar hasta el año siguiente. Y… ¿puedo ayudar al equipo? No creo que pueda recuperarme. No puedo caerme en la pista porque si eso pasa se me saldrá el hombro…», comenta a Stefan Bondy de The New York Post antes de entrar a valorar sus sentimientos durante ese tiempo.

«También estaba lidiando con la parte que hacía que me sintiera egoísta, como si llegara a ser algo decepcionante para los muchachos. Luego llegó el punto en el que ni siquiera quería estar allí porque aunque estoy tratando de trabajar para volver, siento que soy una distracción. Me siento como un paria. Se trata de trabajar para mantener esos pensamientos lejos. Los chicos lo estaban haciendo bien y debía estar cerca y apoyar cuando pudiese. Tuve que dejar a un lado mi propio ego, tomar esa decisión, afrontarla y seguir adelante con el mayor apoyo posible. Pero sí, esa mierda fue dura», sentencia.

La operación y su futuro

Randle se sometió a una cirugía en su problemático hombro a principios de abril y los Knicks anunciaron que su estado sería evaluado nuevamente en cinco meses. Si se mantiene tal calendario hablaríamos de que en septiembre podría empezar a hacer algo de trabajo con su hombro maltrecho; es decir, no hay garantías de que esté listo para realizar el training camp semanas después. Tal situación, así como el hecho de que el equipo siguiese funcionando bien sin él, ha hecho que los rumores sobre su posible traspaso aparecieran; sin embargo, Fred Kratz, periodista de The Athletic, aseguró hace semanas que los Knicks no tienen intención de colocar a Randle en el mercado, ya que el plan inicial es mantener el núcleo de la plantilla e ir por alguna pieza que les complemente.

(Fotografía de Elsa/Getty Images)


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