Si alguien se atrevía a poner en duda la presencia de Cade Cunningham en el All-Star Game, el base se ha encargado de demostrar de lo que está hecho poco más de 24 horas después de su elección. En una auténtica exhibición, el número 1 del draft de 2021 ha comandado la victoria de los Pistons ante los Mavericks por 117-102, resultado con el que los de Michigan vuelven a la sexta plaza y sueñan con el pase directo a playoffs.
Cunningham terminó el choque con 40 puntos, igualando su mejor marca de la temporada gracias a su capacidad para finalizar cerca del aro. Fue desde ahí desde donde sumó la mayoría de sus tantos, lo que le permitió terminar con un eficiente 56,7% en tiros de campo (17/30) en un auténtico recital de cómo finalizar bandejas de mil maneras posibles. Ganchos, aros pasados, floaters… todo con ambas manos y (casi) todo para dentro.
Tras una buena primera parte, su verdadera explosión llegó en el tercer parcial, en el que convirtió 16 de sus tantos y sus números empezaron ya a apuntar maneras. Añadiendo un par de triples a su repertorio, encontró nuevas maneras de torturar a cualquier defensor que le ponían delante mientras seguía haciendo que la intimidación de Gafford pareciese inexistente cada vez que iba hacia el aro. Y así, fue poniendo a los Pistons en disposición de asestar el golpe final en el último cuarto.
40-POINT NIGHT FOR CADE CUNNINGHAM IN DETROIT'S WIN!
— NBA (@NBA) February 1, 2025
Just 1 day after being named an #NBAAllStar for the first time 🤩 pic.twitter.com/9cryKMlxtC
Sequía de Dallas
Cade se apagó cuando el duelo llegó a los últimos 12 minutos, pero más lo hicieron unos Mavericks que estuvieron cinco minutos sin anotar y lo pagaron caro. Desde la canasta de P.J. Washington que puso el 103-96 a falta de casi siete minutos hasta la siguiente vez que el marcador visitante se movió pasaron mil cosas. Mates de Duren, más puntos de Cunningham, momentos para Sasser y Reed…
Y en el otro aro, un fallo tras otro, y tras otro, y tras otro. Ese 96 parecía cincelado en mármol más que iluminado con luces rojas sobre fondo negro. Y para cuando pasó a 98, Kidd ya había ondeando la bandera blanca, retirado a los titulares y admitido que este no era el día para que llegase la 27ª victoria del curso.
Ni los 28 puntos de Kyrie Irving y los 22 de Washington pudieron impedir que así fuera, pues, sin Doncic ni Lively, la plantilla de los texanos volvió a quedarse corta a la hora de pelear el duelo. La contribución del banquillo fue mínima y ni siquiera todos los titulares dieron el paso adelante que la situación requería, complicando un poco más el curso de Dallas con un nuevo tropiezo.
(Fotografía de portada: Rick Osentoski-Imagn Images)