El All-Star Game de 2024 pasó a la historia como uno bastante infame. Con un marcador de 211-186, el partido se convirtió en el que más puntos había visto desde su creación y en uno de los más descafeinados que se recuerdan, uno que resume todos los problemas que el público tiene ahora mismo con este evento. Y en la NBA lo saben. De hecho, Adam Silver ha reconocido que la liga sigue trabajando en la forma de hacer de este un choque más atractivo, admitiendo de alguna forma el poco éxito de la idea de regresar el formato de Este contra Oeste.
«Creo que lo que vimos el año pasado fue decepcionante para todos. No solo para nosotros como organización, sino también para los jugadores» afirmó el comisionado. «Creo que todos hicimos lo que creíamos que podíamos hacer, y esperábamos poder ofrecer a Indiana un partido más competitivo».
Silver trabaja por tanto en buscar soluciones, afirmando incluso que se baraja la posibilidad de emplear «un formato que no sea el del baloncesto clásico», aunque no dio más detalles sobre esa propuesta. Y en este intento de desarrollar una nueva alternativa, está contando con la ayuda de Stephen Curry, quien, dado que el All-Star se celebra este año en San Francisco, parece querer regalar a su afición el mejor espectáculo posible.
«Es como un partido en casa para él. Sé que es muy orgulloso y quiere asegurarse de que los jugadores den lo mejor de sí mismos» concluyó Silver.
(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)