Previa NBA 2024-25 Houston Rockets. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.
Houston Rockets
- Balance 2022-23: 41-41 (11º del Oeste)
- Entrenador: Ime Udoka (segundo año)
- Agentes libres más importantes en 2024: Fred VanVleet (opción de equipo), Steven Adams, Jalen Green (elegible para extensión), Jeff Green, Alperen Sengün (elegible para extensión), Jae’Sean Tate (elegible para extensión), Jabari Smith, Amen Thompson.
- Historia: Los jugadores más importantes de la historia de Houston Rockets.
- La franquicia: El origen de Houston Rockets.
La plantilla
- Movimientos en el mercado: Salidas de A.J. Griffin (cortado), Reggie Bullock y Boban Marjanovic.
- Backcourt: Fred VanVleet, Jalen Green, Amen Thompson, Reed Sheppard, Aaron Holiday.
- Frontcourt: Dillon Brooks, Jae’Sean Tate, Tari Eason, Alperen Sengün, Jabari Smith Jr., Jeff Green, Cam Whitmore, Jock Landale, Steven Adams.
Así encaran la temporada
Los Houston Rockets tenían uno de los veranos más difíciles de toda la parrilla de la liga. Hace un año, la llegada de Ime Udoka y varios veteranos de cierta enjundia apuntaban a dotar al conjunto texano de una identidad que les había sido esquiva desde la marcha de James Harden. Ese carácter, como se esperaba del técnico, se forjó en la parcela defensiva. Donde los Rockets han estado en el top diez de manera prácticamente ininterrumpida. Sin embargo, todas las certezas acumuladas atrás dejaban paso a las dudas ofensivas.
Al final, los Rockets acabaron siendo un equipo conservador que no lograba convertir la defensa en ataque. Y a media pista fueron Alperen Sengün y su sociedad con Fred VanVleet los que se adueñaron del ritmo ofensivo. Esto preocupaba a Udoka, que llegado enero admitió querer empezar a ser más agresivo defensivamente y simplificar el ataque a través de transiciones y acciones rápidas. Una mezcla disonante hasta ese canto de cisne que fue la racha final de victorias que apunto estuvo de meterles en el play-in.
Avatares del destino, dicha racha se dio mayormente con Sengün lesionado. Jalen Green, que estaba teniendo un curso gris, se elevó sobre el resto para convertir ese ciclón de defensa y campo abierto en su particular recreo. Es ese tramo final lo que hacía tan complejo una offseason en la que tanto Green como Sengün podían firmar sus primeros grandes contratos. A día de hoy ninguno de los dos tiene su extensión sobre la mesa y los rumores apuntan a que lo más probable es que inicien así la temporada.
El particular Trivial de Udoka
Esto y la falta de movimientos en verano más allá de la apuesta por Reed Sheppard en el Draft y absorber el contrato de Steven Adams el pasado febrero (pocas certezas con su llegada) dejan a las claras las inquietudes con las que afronta el proyecto su segundo año de desarrollo. El llamado a ser el que les coloque en puestos de acceso a postemporada. Si la pregunta mediada la temporada pasada era si Sengün era suficiente como primera espada, las cuestiones ahora son múltiples:
- ¿Quién será el líder del equipo?
- ¿Puede mantener Jalen Green el nivel del último tramo de temporada?
- ¿Es suficiente la mejor versión de cualquiera de los dos para ser primera espada en un equipo de playoffs?
En cierta parte la construcción en Houston se asemeja bastante a la vivida en los Sacramento Kings estos dos últimos años. Con un jugador de prominencia interior, dotes creativas y debilidades defensivas sirviendo de suelo del equipo y un exterior explosivo e intermitente poniendo el techo. Balanza de poderes en la que es complicada hallar el equilibrio. Más si cabe en dos jugadores aún no asentados en la liga como sí es el caso de De’Aaron Fox y Domantas Sabonis.
Un camino a seguir
Ahora bien, viendo cómo Udoka redirigió al equipo a mitad de temporada, lo esperable es que el inicio de la nueva se de apostando por esa defensa agresiva y ataque vertiginoso que imperó a finales de la pasada campaña. Un salto al vacío que con suerte servirá para responder a todas las preguntas formuladas y redoblar la principal fortaleza del equipo. Esa que se asienta en perfiles como VanVleet, Dillon Brooks, Amen Thompson y Jabari Smith Jr. y que colocaron a Houston como la décima mejor defensa de la pasada temporada regular aún virando de estilo a medio camino. Porque es más fácil disipar dudas cuando cuentas con piezas adaptables a cualquier esquema defensivo, y de esas Houston va sobrado si además se pueden sumar Jae’Sean Tate, Tari Eason o incluso Cam Whitmore.
Quizás, más allá de las elucubraciones que puedan surgir de sus talentos diferenciales, a los Rockets les falte amenaza exterior para poder sacar el máximo de un creador como VanVleet, un conector como Thompson y una batería de aleros que si bien pueden sumar en ataque, no son autosuficientes. Ahí encaja como un guante Reed Sheppard. Un rookie que parece llegar más hecho de lo que insinúa su único año en la NCAA con Kentucky. Porque si bien no parece estar preparado para ocupar un puesto en el quinteto titular, sí podría cumplir con el rol de desatascador ofensivo que los Rockets tanto anhelaron el curso pasado.
El jugador a seguir
Quizás lo expuesto durante el texto puedas sugerir que todos los ojos estén puestos en Jalen green. Y, en cierta parte, descubrir definitivamente qué jugador es y su posición en la jerarquía de la liga sean los puntos más excitantes a la hora de analizar el comienzo de campaña de los Rockets. Sucede que este mismo verano ya he hablado largo y tendido de Green, su suelo, su techo y proyección:
Y, aunque el curso pasado ya fue Sengün el jugador al que posarse a mirar, me sigue pareciendo que las siguientes decisiones que tome la franquicia dependen más del turco que de su pareja exterior. Porque la posición de pívot sigue siendo la más determinante a la hora de construir un modelo. Más si cabe con un jugador de virtudes y defectos tan evidentes como los del interior turco.
Tendiendo el paralelismo con Sabonis o con Nikola Jokic, dos ejemplos que salen a colación a menudo cuando se habla de Sengün, hay una diferencia crucial entre el turco y ellos más allá del nivel. Y es que Domas o el Joker juegan para el equipo mientras los Rockets aún tienen que jugar para Sengün para poder sacarle el máximo rédito. Udoka se ve obligado a iniciar muchas acciones para que el pívot reciba en la cabeza de la bombilla, el poste medio o en continuaciones al aro en el pick-and-roll. Y, siendo cosa del propio Sengün o del sistema que le rodea, la realidad es que estas acciones se sienten discordantes con todo lo que sucede alrededor. Sobre todo tomando la última parte de la temporada como ejemplo.
Puesto sobre la mesa, el principal reto de los Rockets está en hacer de su ataque un ecosistema de piezas interconectadas empezando por el jugador que más ventajas genera. Porque es obvio que Sengün tiene dentro de sí multiplicar las capacidades de quien le rodea, pero por hache o por be aún no ha terminado de casarlo todo. Tampoco deja de ser limitante la escasez de sinergias que existen entre los llamados a ser líderes del proyecto, lo cual debería de ser una faceta a trabajar desde el primer día.
El damnificado
Sin embargo, hay otro binomio que determina en gran parte el potencial y morfología del conjunto texano. Esta vez al otro lado de la pista, pues con Sengün en pista el objetivo del rival siempre va a ser involucrarle todo lo posible en acciones en las que tenga que salir lejos del aro o recuperar metros hacia atrás. Tesitura que obliga a situar a Jabari Smith más como corrector de situaciones interiores que como el defensor más determinante con el que cuenta un Udoka cuyo gusto por los esquemas basados en perpetuos cambios defensivos no hace falta explicar. Recuperando un análisis del pasado marzo:
«Con Alperen en pista, la defensa buscaba la forma de no hacerle sufrir. Ya fuese emparejándole con no tiradores para aprovechar su tamaño en ayudas al aro, lanzando el dos contra uno tras bloqueo para evitar el switch o defendiendo en drop para que el manejador no tenga tan fácil superarle en velocidad. Ahora, con Jabari Smith Jr como principal comodín, Houston está utilizando todas estas variantes en pista, pero lo hacen con el objetivo de condicionar al rival según sus fortalezas y no para abrigar las debilidades propias».
O lo que es lo mismo. Que. Smith Jr. no puede ser él mismo compartiendo pista con Sengün y toca plantearse de nuevo si esto sale o no a cuenta. También sucede en ataque, donde Jabari se ve empujado a ser poco más que un mero espaciador. No obstante, es en la parcela defensiva donde esto condiciona de forma evidente al colectivo. El éxito de Udoka, despejando de la ecuación el traspaso de cualquiera de sus pilares de plantilla, estará en alimentar la agresividad y variabilidad defensiva y apostar por un mayor dinamismo en ataque sin renunciar a las ventajas que Sengün representa en el juego en estático. Un rompecabezas que se antoja complejo, pero que un talento como el del turco, capaz de sobra de apuntar al colectivo, debería poder resolver.
Previa NBA 2024-25 Rockets, el pronóstico
Aquí los pronósticos dependen de la perspectiva que se quiera tomar. O los Rockets aprovechan la inercia del final de temporada para dar un salto de resultados y juego o acusan el inmovilismo en el mercado y acaban siendo un equipo romo como pecaron de ser en la primera mitad del curso. El momento lógico del proyecto empuja a decidirse por la primera, y no conviene escupir a las nubes. Aun así, con un Oeste que ha vuelto a mejorar en esa tierra de todos que es el play-in y que recibirá las candidaturas de equipos que caigan de su palacete como los Clippers, resulta complicado ver a Houston superando las 44 victorias y saliendo de los dos puestos de cola del play-in.
Anterior equipo: Chicago Bulls. Próximo equipo: Miami Heat.
(Fotografía de portada de Carmen Mandato/Getty Images)