No hace falta ser un lince para darse cuenta de que la actitud de Kawhi Leonard es introvertida hasta el escalofrío. Solo verle en pista con la misma mueca durante los 48 minutos que dura cada encuentro deja a las claras que hablamos de una persona fría como un témpano. Pero no fue hasta la guerra fría que libró con San Antonio Spurs cuando el mundo fue consciente de hasta qué punto podía llegar el carácter más enigmático que haya conocido súper estrella alguna en la historia de la NBA.
La historia de Kawhi y su prolongado desencuentro con los Spurs tiene tantos episodios que resulta imposible abarcarlos fuera de una pieza que no pretenda el simple ejercicio de enumerarlos. Para simplificar solo mencionaré los puntos clave que sirven para hilar una sucesión de hechos alrededor de los cuales sigue habiendo más dudas que certezas.
